Mis Pensamientos

Si la mente tuviera voz, me imagino todo lo que se podría decir. Pero que bueno que nuestra mente es muda.



martes, 1 de junio de 2010

La Genialidad y el Talento de Andrés

Andrés Calamaro es sin duda uno de los mejores cantantes y compositores de los últimos tiempos. Muchas de sus canciones y temas han dejado un legado importante dentro de la historia del Rock en español; su estilo le ha permitido conseguir discos de gran trascendencia llegando a pasar de lo simple hasta lo más complejo en forma versátil y coherente.
Los cultores radicales lo acusan de que lo suyo, no es en absoluto rock (algo similar acontece con Fito Páez, Nito Mestre, Alejandro Lerner, etc.). Sin embargo es un artista totalmente flexible que en sus conciertos ha mezclado el más puro rock n' roll con diversos géneros. Incluso algunos lo consideran como una especie de “poeta moderno”; quien a través de su música puede trasmitir mensajes al amor, al desamor, a la melancolía, la soledad o simplemente a la vida.
Desde muy pequeño, la música siempre estuvo presente en la vida de Andrés. Por ejemplo la batería la empezó a tocar influido por la música de los Beatles, Santana, y el gusto por el piano llegaría años después, tomando clases con la maestra Violeta Gainza; la misma que le enseñó a Fito Páez y Ariel Rot.
Cuando tenía 17 años inició su primera experiencia musical, grabando con el grupo Raíces el disco "B.O.V Dombe"; aunque fue su inclusión en "Los abuelos de la nada" lo que lo adentró en el mundo de la música para no salir jamás. Antes de formar parte de los Abuelos, había recibido la invitación de Gustavo Cerati para integrar una banda que recién estaba formando y que luego sería conocida como Soda Stereo. Si bien Andrés no era el cantante oficial, poco a poco empezó a interpretar sus propias composiciones en este grupo. "Mil horas" fue la canción que confirmó que había un nacido un nuevo talento en Argentina.
En 1984 sacó su primer trabajo como solista: Hotel Calamaro, con producción de Charly García. Por esos días y luego de divergencias con los abuelos, Andrés se separaría del grupo para dedicarse por completo a su carrera como cantante . Después le seguiría el espíritu romántico de Vida Cruel, en el que ya colaboraba un argentino que triunfó en España con el grupo Tequila y que acabaría siendo uno de sus principales socios: Ariel Rot.
Con Ariel incorporado, Calamaro editó "Por mirarte" en 1988. Éste disco, junto a "Nadie sale vivo de aquí", presentado al año siguiente, confirmaron su carrera en solitario, que ya lo presentaba como un sólido compositor e intérprete, sensible, emotivo y original. Por entonces, el apellido Calamaro ya se escribía en los diarios junto a los más grandes del rock en Argentina.
Debido a que su situación económica no era favorable en su país, decide viajar a España e inicia un nuevo proyecto junto a su amigo Ariel Rot y Julián Infante, compañeros de Tequila; al que bautizaron con el nombre de Los Rodríguez, palabra que tenía un significado español que lo sorprendía (se llamaba Rodríguez al hombre que se quedaba cuidando a los hijos mientras la mujer se iba a de vacaciones). Después de tantos años de solista, Andrés volvería a formar una banda que terminaría su formación con Germán Villela en batería y Zamora en el bajo.
La banda empezaría tocar en pequeños bares madrileños, llegando a editar su primer disco debut del grupo llamado “Buena Suerte”; Un álbum plagado de riffs, rock en español y una aguda sensibilidad a la hora de los tiempos medios y lentos transmitida por el timbre único de Andrés. Además este disco tuvo mucho éxito en Argentina, justamente uno de sus temas “Mi enfermedad”, Diego Maradona la elige para que se escuche en público el día que debuta como jugador en Newell’ s Old Boy’s de Rosario. Este tema es considerado como un clásico de la música.
La efervescente creatividad y la sintonía que había entre los miembros del grupo en aquel momento contrastaba con la falta de repercusión. Para mantener viva a la banda, se editó un disco en directo, pero la situación era límite, y Los Rodríguez estuvieron a punto de tirar la toalla. Fue entonces cuando llegó "Sin documentos", publicado en 1993. La canción que daba nombre al disco se transformó en su primer éxito, y quedó establecida como patrón a seguir por infinidad de nuevos grupos. Por encima del single, "Sin documentos" presentaba una frescura y buen hacer poco común en los discos de aquellos años. Además la combinación de la melodía, la letra y la rítmica la hacen sencillamente espectacular.
Pese a todo, Los Rodríguez seguían sin ser un grupo con cifras espectaculares, pero comprendían un carisma único. En 1995, lanzan su tercer disco “Palabras más, Palabras menos”, un trabajo flexible, capaz de comprender éxitos comerciales, baladas maduras, rumba portuaria y rock. Además de ser uno de los discos de más éxitos de la banda, los llevo de gira por España y Latinoamérica, y los colocó en la cima del rock español. Al mismo tiempo, que trabajaba con los Rodríguez, Andrés no podía dejar de contener su capacidad creativa, y seguía componiendo.
Por desgracia, el mejor momento comercial para la banda coincidió con el fin del grupo y Los Rodríguez se despidieron con un disco recopilatorio que incluía éxitos, versiones en directo y maquetas llamado "Hasta luego", que acabó siendo un adiós y el disco más vendido en la historia del grupo, y los llevo a realizar una gira española junto a Joaquín Sabina.

Para retomar su carrera en solitario, Andrés viajó a Nueva York para grabar con experimentados músicos de estudio el disco "Alta suciedad". El resultado, publicado en 1997, presentaba el perfecto equilibrio entre comercialidad y calidad, con composiciones ya clásicas como "Flaca" y "Loco". Justo este tema muy polémico que decía en una de sus estrofas “Voy a salir a caminar solito a sentarme en un bar a fumar un porrito”; con ese tema le enjuiciaron pero no sería su primer juicio, le seguiría mucho más. El disco supero las 500 000 copias vendidas en todo el mundo, y lo llevó al músico a realizar gran cantidad de recitales, en los cuales compartiría escenario con Joaquín Sabina y Fito Paez, entre otros.
Si hay algo que define la carrera de Andrés Calamaro es su perseverancia por no repetirse. Así, para su próximo trabajo, se alejó de las grabaciones lujosas, recluido en un círculo íntimo para grabar "Honestidad brutal", un disco publicado como álbum doble, con 37 canciones que muchos tildaron de suicidio comercial. No fue así: Hoy es considerado por muchos como el mejor álbum de rock en castellano que se ha hecho en la Argentina. Hizo una gira que recorrió España, pero nadie sabía que era la última vez que se le iba a ver sobre un escenario en seis años.
La creatividad de Calamaro acumulaba canciones. Muchas corrían por la red y más de 100 se publicaron en 2001 en "El Salmón", un quíntuple disco sin ayuda de trucos estudio, sin aderezos. Fue una canción compuesta junto a Scornik la que sacó de un silencio de cuatro años a Andrés Calamaro. Estadio Azteca fue uno de los tres temas originales incluidos dentro del disco "El cantante", que reconstruía clásicos de la canción latinoamericana con la ayuda del productor Javier Limón y los músicos habituales de Paco de Lucía. Se presentaba un artista más adulto, con mayor amplitud de miras. Cuando muchos lo daban por desaparecido, él apareció convenientemente arreglado para su regreso.
Y el regreso fue un huracán transoceánico en forma de disco en directo que acompañó en una exitosa gira de retorno por España y Argentina. Poco después, Calamaro continuó el camino abierto en "El cantante", mostrando su visión del tango clásico en "Tinta Roja". Mientras presentaba este disco junto a sus amigos flamencos , Calamaro arrancó una serie de conciertos de reunión con Ariel Rot, y ya tenía preparado "El palacio de las flores", un mano a mano con Litto Nebbia, pionero del rock en Argentina. Un país que celebraba la vuelta de Andrés a los escenarios, galardonándolo con el Premio Gardel a la personalidad de ese año.
En el 2007 se da su retorno definitivo con su nuevo disco “Lengua Popular”, una colección de doce canciones que incluyen el sello de Calamaro: estribillos, poesía, letras finas, ironía, mezcla de ritmos. Sin dudas, uno de los discos más importantes del año.
En 2009, la abundancia creativa de Calamaro superó lo conseguido con "El salmón": "Andrés, obras incompletas" es un box-set de seis discos, dos DVD y un libro, que incluyen recopilaciones, inéditos y rarezas seleccionados personalmente por el propio autor. Entre las 108 canciones sobresalen "Las cosas que me ayudan a olvidar", que había quedado afuera de discos anteriores; "Rock de la mujer perdida", cover de Los Gatos; "Bachicha", el corte difusión; "Desconfío, y "De la lluvia", un inédito de 1996. También se publicó una edición acotada, de tan sólo 18 temas.
En este año Calamaro vuelve a la carga con un nuevo álbum, 'On the rock' que presentará en gira por España durante el próximo mes de septiembre, además se afirma según su pagina web que el músico actuará en Londres por primera vez con el concierto que ofrecerá el 1 de septiembre en la sala Troxy (East London.
Este álbum que salió a la venta el 31 de mayo y en el que el argentino cuenta con colaboraciones de lujo y de todos los géneros musicales: del flamenco, con Diego el Cigala y Niño Josele en 'Barcos'; del reggaeton, con los puertorriqueños Calle 13, en 'Insoportablemente cruel'; del hip hop, con El Langui de La Excepción, en 'Te extraño'; y del rock, con el cantante español Enrique Bunbury (ex Héroes del Silencio), en 'Te solté la rienda'.
Andrés Calamaro es hoy un clásico que no se deja atrapar, un paso adelante que respeta las huellas del pasado, un cantante honesto.

www.calamaro.com

www.camisetasparatodos.com




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