Mis Pensamientos

Si la mente tuviera voz, me imagino todo lo que se podría decir. Pero que bueno que nuestra mente es muda.



jueves, 27 de marzo de 2014

Siempre te vas


A veces insistimos en coger trenes que nunca van a pasar.

La estación es casi tan inalcanzable como tu pecho a punto de explotar después de una risa ininterrumpida.

Se acerca mediados de febrero y yo todavía estoy asimilando el cambio de año.
Todos los cambios me desconciertan. Ahora suena otra música y el ritmo de mis pies...Mierda. No paro de pisarte.

A veces cojo trenes que se pasan tu parada y te miro desde la ventana, cómo pasas, como un punto insignificante que no modifica sus coordenadas. Y yo no paro de alejarme siempre en dirección contraria a ti.
No paro de mirar el reloj. Te llego tarde.
Exactamente ya veintisiete minutos. Casi media hora. Y es casi medio día.

 El tren de las doce.
A ver si llego. Cojo el equipaje, nervioso. Corro. Entre escombros, por no perderme entre tanta ruina de lo que fue.
Y me siento. A esperar.

A veces insistimos en coger trenes que nunca van a pasar.
Las 11:59.
Falta un minuto para que falten veinte para verte.
Y lo único que quiero es que pasen veintiuno.
Miro a los dos lados, como si el tren pudiera venir en cualquier dirección.
Y luego miro el cielo, como si también pudiera caer desde ahí.

A veces insistimos en coger trenes que nunca van a pasar.
Las 12:10.
Parece que se retrasa un poco.
Tú espérame, que te llego.
Te llego tarde, pero voy a visitarte.
Abro una revista y me convenzo de que leo,
quitándole importancia al hecho de que tarde más en verte.
Pero cierro.
Cierro todo y me levanto.

Suena una voz en el megáfono.
Dicen que hoy no hay trenes que lleguen a ti.
Que has llovido.
Y te has inundado.

A veces insistimos en coger trenes que nunca van a pasar.
A veces insistimos en coger personas que nunca van a pasar.
Y sólo cogemos lo que se queda. Lo que pasa y no se va.
Y tú siempre lo haces.
Siempre te vas.


Lo leí y me encantó, por eso lo comparto del blog:
ERES EXACTAMENTE MI MARCA DE HEROÍNA.
martes, 11 de febrero de 2014

martes, 18 de marzo de 2014

PIENSA Y AGRADECE

¿No crees que sería bueno hacer un inventario de los bienes que has recibido para así vivir con mayor alegría y optimismo?
¿Por qué llorar mientras voy andando, si otros ríen y no tienen pies?
¿Por qué vivir pensando en el 10 % de las cosas que nos hacen sufrir, y no recordar el 90 % de las cosas que nos sucede bien?
En tu cerebro tienes 13 mil millones de neuronas trabajando tan sabiamente a tu favor, que si las quisieras reemplazar por la máquina computadora más perfecta del mundo, esa máquina electrónica ocuparía el sitio de un edificio de setenta pisos de alto.

Tienes un corazón que es una maravilla de la naturaleza. Bombea hora tras hora, 36 millones de latidos al año, año tras año, despierto o dormido, impulsando la sangre a través de 100 mil kilómetros de venas y arterias, que llevan… Más de 2 millones de litros de sangre al año.
Te puedes mover, no eres un árbol amarrado a una pequeña porción de tierra. Puedes pasear, correr, bailar y hacer deporte. Para ello tienes 500 músculos, 200 huesos y 7.000 nervios, sincronizados para obedecerte y llevarte a donde quieras.
En tus oídos hay 24 mil millones de filamentos que vibran con el viento, con el reír de los niños, con la suave música de las orquestas, con el trepidar de las aguas espumantes y al escuchar las palabras amables de las personas que estimas. Tus pulmones son los mejores filtros del mundo. A través de 600 millones de alvéolos purifican el aire que reciben y libran a tu cuerpo de desperdicios dañinos.
En tus ojos, Dios ha depositado 100 millones de receptores que te permiten gozar de la magia de los colores, de la luz, de la simpatía de las personas y de la majestad de la naturaleza.

Tu sangre es un formidable tesoro. Son apenas 4 litros pero allí hay 22 millones de células sanguíneas, y en cada célula hay muchas moléculas y en cada molécula hay un átomo que oscila más de 10 millones de veces por segundo.
Cada día mueren 2 millones de tus células y son reemplazadas por 2 millones más, en una resurrección que ha continuado desde el día que naciste. En tu cerebro hay 4 millones de estructuras sensibles al dolor, 500 mil detectores táctiles, y 200 mil detectores de temperatura…
… Ahora pregúntate:
¿Crees que no vale la pena tu VIDA?
Lo triste es que dedicamos mucho tiempo pensando en lo que nos hace falta y casi nunca nos detenemos a recordar y agradecer lo muchísimo bueno que poseemos.
No solo con respecto a tu cuerpo, aplícalo también a los dones que posees, la familia que te ha tocado, las amistades de las cuales eres dichoso en poseer, las comodidades que disfrutas y hasta las oportunidades que se te han presentado. ¡No veas solo lo que te hace falta, agradece lo que ya tienes!

Has cuentas de tus bienes, y de tus alegrías también. No pierdas tiempo haciendo cuentas de tus males.
Colecciona pensamientos alegres y optimistas, y no se te olvide alejar de tu mente esos cuervos asquerosos llamados “pensamientos pesimistas” y “recuerdos tristes”.

Irene Villa